Vivimos inmersos en un mar de tareas, obligaciones, responsabilidades, objetivos por cumplir, y un sinfín de demandas propias de nuestro mundo moderno. Vivimos vidas alienadas. Además sentimos que casi siempre llegamos tarde, porque todo se necesita para ya.
Con prisas, saltando de una cosa a otra, llevamos una vida muy superficial. Sabemos que no es lo que nos gustaría, pero aún así la aceleración marca la dinámica de nuestra vida.
Ignoramos nuestra voz interior, hasta que un día después de tanto tiempo actuando de esta manera, olvidamos lo que en realidad nos hacía sentir bien.
Llega un momento en que la desconexión de nosotros mismos es tan grande, que sólo sentimos que no estamos bien. Ni siquiera la voz interior nos habla. No sabemos lo que nos pasa. Sentimos ansiedad, estrés, incluso empezamos a estar algo deprimidos.
Después de tanto tiempo, nos hemos olvidado de nuestro SER. ¿ En qué nos hemos convertido?. Si no controlamos nuestras vidas, ¿quién lo está haciendo?.
Lo está haciendo la dinámica social acelerada, puesta al servicio de un modelo productivo insaciable, a disposición de los grandes intereses económicos.
Si quieres neutralizar esta manera de ir por la vida, debes volver a conectar contigo mismo, con tu entorno natural y social. Perder esta sensación de tener vidas alienadas. Para conseguirlo te animo a la lectura de “Yo sobre la masa”.